- Análisis de la fuente: El Padrón del Virrey Revillagigedo en 1791
Para el análisis de la composición étnica y ocupacional urbana de la Nueva Veracruz de fines del siglo XVIII usé el padrón que el virrey Revillagigedo ordenó formar en 1791 como fuente primaria, este fue digitalizado en un CD-ROM por el Archivo y Biblioteca Histórica de la ciudad de Veracruz en el año 2002, recurso al que tuve acceso en varias ocasiones sin realizar paleografía.
Sobre el Padrón este tuvo dos exclusiones marcadas por instrucciones específicas para su levantamiento: solo consideró la población residente en intramuros, dejando fuera la establecida en extramuros, y tampoco contempló a los militares, de manera que no comprendió datos sobre la guarnición de tierra y la fuerza militar estacionada en la fortaleza de San Juan de Ulúa. Dos señalamientos más deben hacerse. Primero: si bien, en términos generales, el padrón, dividido en cuatro secciones, se conservó en buenas condiciones, algunas partes presentan dificultades para su lectura o son ilegibles. Segundo: de las cuatro secciones que lo integran, tres de ellas son uniformes en los datos que proporcionan sobre, por ejemplo, nombre de propietario o cabeza de familia, oficio, estatus étnico, origen, estado civil, edad, nombres y edades de familiares, dependientes y sirvientes, y sexo; la cuarta sección tiene omisiones en varios de los rubros listados. Pese a las deficiencias señaladas, resulta indudable que el padrón de 1791 es rico en información y posibilidades para adentrarse en el conocimiento de la estructura urbana porteña de las postrimerías coloniales, constituye una ayuda en la reconstrucción de familias, contribuye al estudio de las relaciones entre grupos sociales, permite conocer la complejidad de oficios y profesiones, aborda la migración de mano de obra y facilita la reconstrucción de la composición étnica.
El documento muestra que, para efectos del levantamiento del padrón, el recinto amurallado se organizó en cuatro secciones y que la información se ordenó de norte a sur. La primera sección correspondió a la zona norte del puerto cuyo movimiento estaba marcado por el tráfico mercantil de mar y tierra. Próxima a la fortaleza de San Juan de Ullúa, se extendía desde la plazuela de la Caleta hasta los conventos de San Francisco y San Agustín. Incluía dos de las puertas más importantes de la muralla, la del Muelle y la de México. La proximidad de esta zona al centro de Veracruz hizo depender sus ritmos y dinámicas de la vitalidad portuaria, es decir, de las necesidades y de los servicios requeridos por comerciantes y viajeros. Su importancia era económica. El muelle, la Aduana, la Real Contaduría, el oficio de registro y las casillas de resguardo y de marina eran todos inmuebles oficiales en torno a los cuales se levantaron casa-habitación, tiendas, almacenes y mesones. Por pequeñas y estrechas calles, como la de las Damas, la de la Caleta, y la de la Pastora, circulaban carretas y recuas, cargadores, aguadores, marineros, viajeros, comerciantes y mercaderes.
La segunda sección comprendió la parte central del espacio urbano, el corazón político y religioso de la ciudad en donde de igual forma se manifestaba la influencia del grupo mercantil local. Era parte donde estaban ubicados la Plaza de Armas, el ayuntamiento, la parroquia, los portales de Miranda y la plazuela del Mercado.
La población situada entre la puerta Nueva, el fuerte de la estacada, el hospital de Loreto y el barrio conocido como “de Minas”, conformó la tercera sección del padrón. Quedó entre la sección del centro, sede de la administración política y religiosa portuaria, y de la cuarta sección, la zona del extremo sur del recinto amurallado que lindaba con los arrabales de extramuros y que ere el espacio de las masas populares. En esta última sección, entre los baluartes de Santa Bárbara y Santiago, estaban ubicados los cuarteles de artillería y de dragones, los conventos de la Merced y de los betlehemitas, la Real Proveeduría, las Atarazanas y una especie de galera utilizada como cárcel pública.
Visto en conjunto, debe afirmarse que el padrón de Revillagigedo contiene información que hasta la fecha ha sido poco analizada a profundidad. Se han dejado de lado las múltiples posibilidades que pueden desprenderse del estudio sistemático e integral de los datos que contiene los cuales, combinados, se insiste, con los de otras fuentes primarias, probablemente permitirían comprender mejor el proceso de crecimiento y formación urbana de la plaza porteña, y explicar sus afinidades y diferencias con otros núcleos urbanos de la época más allá de las interpretaciones fundadas en el monopolio mercantil trasatlántico o en la orografía, clima e insalubridad de la “tierra caliente”.
Para este análisis demográfico solo me enmarcaré en el caso del tercer cuartel de este Padrón que comprende desde “la esquina de la casa de Don Francisco Puentas hasta la de Don Juan de Bausta, y desde ella hasta el frente de la estacada, tomando la vuelta por el barrio de Minas y el hospital de Loreto, hasta rematar en la casa de Casanoba”. Recordando que en dicho censo no se contabilizó a militares por lo que la población registrada solo es civil. Se tomó una muestra de 106 casos analizándose según las siguientes variables: 1) Procedencia, 2) Ocupación., 3) Casta, 4) Edad, 5) Género y Estado Civil.
La hipostasis general de este este análisis demográfico es que existió racismo en función del nulo acenso social y acceso a cargos públicos por parte de poblaciones no “españolas” locales o europeas en el Veracruz virreinal. Para enmarcar debidamente el impacto de este ejercicio se comprende que a pesar de ser 106 casos solo se realizó la paleografía de las fojas 30 a 42 del documento entero, creo que el número de casos puede ser una muestra representativa de la demografía del puerto puesto que se utilizó una zona urbana intermedia entre el centro de los intereses metropolitanos y la periferia de los arrabales. Sobre el desarrollo del análisis de cada ejercicio estadístico, estos fueron realizados con el programa SPSS Statistics Versión 21.
- 1. La procedencia.
Sobre la procedencia de la población censada se puede observar claramente que al menos para ese sector la cantidad de españoles peninsulares es elevada, siendo Asturias y Galicia su principal origen. Esta población española se dedicaba al comercio construyendo unidades familiares complejas y extensas contando con hijos, ahijados, dependientes europeos y mozos que habitan en zonas de reciente construcción o cajas mestizas siendo al mismo tiempo viviendas y almacén.[1]
También observamos alta frecuencia en individuos con procedencia del sotavento, del sur hinterland del puerto, Tabasco y Tlacotalpan, esto por la importancia estrategia que como se explica en el principio de este texto se le dotó al seno mexicano, lo que ocasiono movilizaciones poblacionales de estas zonas del sotavento al puerto de Veracruz. Pero dichos movimientos no solo se limitaron a la zona hinterland inmediato, del análisis de la tabla 1 podemos notar la diversidad extrema de lugares de procedencia de los habitantes de este tercer cuartel, el resto del virreinato, Guinea, Cuba y diversas zonas de España; pero me llama poderosamente la atención el dato de un pardo libre proveniente de Cartagena de Indas en el virreinato de la Nueva Granada que se había asentado en la Nueva Veracruz de mediados del XVIII. Lentes interesantes sobre flujos migratorios de libertos inusitados que la estadística nos muestra.
- 2. La ocupación.
La segunda tabla sobre oficio-ocupación del espacio urbano del tercer cuartel nos arroja una población de “Asesoría” como la ocupación más desempeñada, seguida de mercaderes y criados; en todos los casos estas actividades están ligadas a la población de españoles puesto que los primeros puestos estaban exclusivamente reservados para estos mientras que los criados eran para su servicio. Otro dato interesante y que liga este nivel de análisis con el de la procedencia es que en esta zona se encuentran habitando personas con cargos extraordinarios como “Sobrestante de forzados” (especie de cuidador de presos), “Estudiante”, “Oficial de la Real Contaduria natural de la Nueva Veracruz”, “Rejidor de la Nueva Veracruz”, “Rexidor de Alferez Real honorario de la Nueva Veracruz”. Lo que salta a la vista es la ausencia de artesanos o el bajo número de Pulperos, esto se explicará con un análisis cuantitativo de las castas que habitaron esta zona urbana.
- 3. Las castas.
Como desde el análisis de la procedencia se venía apuntando y se confirma con el análisis ocupacional, la cantidad de españoles que había en el tercer cuartel del padrón era grande seguida de la de “españoles” nativos y mestizos, mientras que la cantidad de pardos, morenos y sobretodo indios era mucho menor. Esto se confirma por la ausencia de ciertas actividades.
El grueso de la población de negros y mulatos, que constituye la mayoría de los habitantes de la ciudad, son libres, y muchos de ellos son jefes de familia y cabezas de vivienda: por lo general de talleres artesanales que puede sustentar esposa, hijos, apéndices y parientes lejanos. Por otra parte, muchos de los indios recién llegados a la ciudad proceden del interior (Nueva Santander) y son vendidos y tratados como “esclavos de buena guerra”[2] En prueba de caso no aparecen ni artesanos desde el nivel ocupacional, ni los “mecos” desde el ámbito social, estos últimos indignas ex esclavizados tras la conquista de territorios norteños de la segunda mitad del siglo XVIII y que se habían vuelto libres escapando y amparándose dentro de las murallas de alguna ciudad como la Nueva Veracruz. Una última reflexión sobre la casta está relacionada con el género, según la gráfica numero 3 el grueso de los hombres se concentra en los españoles peninsulares mientras que el grueso de las mujeres del tercer cuarteles pertenece a “españoles” a secas, lo que significa criollos jarochos, mujeres de la elite que se casaban frecuentemente con peninsulares de no tan buena posición en la metrópoli pero que les permitía a las elites locales de Nueva Veracruz “blanquearse”.
- 4. Edades.
Sobre las edades de este universo censado salta a la vista que es sumamente joven el muestreo, la mayoría pertenece al rango de 17 a 22 años y conforme se va aumentando la edad disminuye la cantidad de individuos, esto podría explicarse porque a pesar de los novedad en servicios urbanos que para fines del XVIII ofrecía la Nueva Veracruz la salubridad era un tema pendiente. El peligro que se cierne sobre la ciudad, a pesar de todos los indicios de urbanidad y modernidad sigue siendo la periódica aparición de la fiebre amarilla, la que causaba severos estragos en época de lluvias. Desde 1790 por lo menos otras zonas tropicales como el paludismo se hacen presentes y aumenta la mortalidad infantil de manera exponencial.[3] Esto se arroja en el censo claramente pues la cantidad de infantes es escasa, los umbrales más críticos se encuentran en las 3 y 10 años.
- 5. Género y estado civil.
Sobre el género se arrojan interesante datos, 57 son hombres y 49 mujeres, un resultado esperado dado que el tercer cuartel tiene unas determinadas actividades ocupacionales. Los hombres eran en mayoría españoles europeos, españoles (criollos) y pardos, contando con escasos indígenas; además de venir de España los europeos, los pardos provenían en su mayoría de la Antigua Veracruz y los indígenas venían del interior del virreinato, de San Andrés Chachicomula.
Sobre las mujeres en la mayoría de los casos no se detalló su ocupación, en los casos en los que si se contó con este dato arrojo que eran la mayoría pardas, mestizas y en inmensa mayoría criadas “españolas” o esclavas de Guinea, de hecho, todos los esclavos registrados en el tercer cuartel del puerto pertenecían al género femenino ¿A qué se debe esto? La respuesta se haya en que para el siglo XVIII, en estas latitudes y eminentemente en el ámbito urbano la esclavitud no era aquella que comúnmente asociamos, no estaba ligada a trabajos forzados de jornales en el campo, sino una esclavitud doméstica, tener esclavos en casa era costoso y más que una cuestión rentable de producción económica era una forma de ostentar un estatus social por parte de los españoles (que son la mayoría en este cuadro de la ciudad), este tipo de esclavitud era solo reservado para mujeres afro descendientes y eso explica su desmesurado numero con relación a las actividades ocupacionales.[4] Aparte de las mujeres de Guinea la mayoría del sexo femenino procedía de Xalapa, Tlacotalpan y Tabasco. En ambos géneros la mayoría de la población era soltera y casada, finalmente el status de enviudes solo lo tenían el género femenino representado además el más escaso estado civil.
[1] García de León, Antonio. Tierra adentro, mar en fuera. El puerto de Veracruz y su litoral a sotavento, 1519-1821. Fondo de Cultura Económica/Secretaria de Educación del Estado de Veracruz/ Universidad Veracruzana. México DF, 2011; p. 891
[2] García de León, Antonio. Tierra adentro, mar en fuera. El puerto de Veracruz y su litoral a sotavento, 1519-1821. Fondo de Cultura Económica/Secretaria de Educación del Estado de Veracruz/ Universidad Veracruzana. México DF, 2011; p. 892.
[3] García de León, Antonio. Tierra adentro, mar en fuera. El puerto de Veracruz y su litoral a sotavento, 1519-1821. Fondo de Cultura Económica/Secretaria de Educación del Estado de Veracruz/ Universidad Veracruzana. México DF, 2011; p. 894
[4] Véase: Bernard, Carmen. Negros esclavos y libres en las ciudades de Hispanoamérica. Fundación Histórica Tavera/ Fundación Hernando de Larramendi. Madrid, 2001. 203 pp.